sábado, 29 de diciembre de 2007

Leonesismo

El continuo debate existente en León sobre su continuidad o no dentro de la actual Comunidad de CyL debería afrontarse con auténtica seriedad y sentido común, cualquiera que se tome la molestia de hablar con personas `castellanistas´ percibirá inmediatamente su mismo posicionamiento y sensibilidad respecto al problema territorial.


La no resolución del problema viene dado por los diferentes juegos políticos (de conveniencia) que se cocinan en las cúpulas de los partidos y se sirven para su degustación cada cuatro años al pueblo de León, estos “fuegos de artificio” tienen un interés meramente partidista y panfletario, con el único objetivo del rédito electoral.

Tanto los `leonesistas´ (de UPL) como los partidos `sucursalistas´ (PP, PSOE), no tienen el más mínimo interés en afrontar un auténtico debate sobre organización territorial, un debate que no solo se debe circunscribir a Castilla y a León sino ampliarse a todo el estado español, con las consecuencias que pueda y deba conllevar.

La causa de todos los problemas territoriales pasados y actuales se intentó ocultar, minimizar y cerrar en la mal llamada “transición democrática”. Con los pactos de la Moncloa se pretendía eliminar cualquier posibilidad de enfrentar y solucionar los problemas creados en unos casos y acrecentados en otros por la dictadura franquista.

La continua utilización del sentimiento del pueblo por parte de los sectores más reaccionarios de la sociedad tiene el objetivo claro de la desinformación, manipulación y ocultación de los problemas reales que nos atañen a los trabajadores. Con partidos regionalistas realizando un trabajo de absorción y amortiguación de sentimientos populares, contribuyendo con ello a su principal razón de ser, la defensa de privilegios de las clases dominantes locales frente a los trabajadores y frente a las mismas clases de la región “oponente”; proponiendo secesiones aquí y pactando reparto de poder y beneficios políticos… y no políticos allí, intentando enfrentar a los trabajadores de una y otra región.

El enemigo del pueblo de León, no es el pueblo de Castilla o Villalar (mentira muy útil y mezquinamente utilizada), al menos el Villalar reivindicativo y contestatario con el sistema y sus agentes; los enemigos reales de los pueblos (incluyendo al leonés y castellano) son las estructuras socio-económicas de explotación implantadas, con sus más fervientes siervos y admiradores,… los políticos, actuando como auténticos mercaderes de votos, estómagos agradecidos e insaciables del sistema, eternos cargos públicos, ofendidos corruptos…

Obviar el problema territorial, con una larga historia de conflictos, no hace que el mismo desaparezca, más bien al contrario se acrecienta y enquista como nos hace ver cada día la tozudez de los hechos. La exigencia de cualquier pueblo de decidir libremente sobre su organización y su futuro no debe enfrentarle a otros pueblos, más bien al contrario, estos deben sentirse partícipes y beneficiarios de su elección y apoyarle en las acciones que emprenda por obtener ese derecho, porque ese objetivo es el de todos los pueblos.

Todo pueblo tiene derecho a su libre autodeterminación.


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