
En el presupuesto para el año 2006, haciendo un análisis de las grandes líneas macroeconómicas, se atisban algunos aspectos sociales mejorados respeto a años anteriores: un aumento de las pensiones del 6,5% superior al IPC previsto del 2%; una disminución de la deuda pública, 33,9% (35% el 2005); unos aumentos en educación y sanidad de un 16,6% y 8,5%; en conjunto los gastos sociales aumentan un 8,1%;
El Estado Español, aunque no es uno de los países europeos que más destina en defensa, también se incluye en esta tendencia mundial militarista: su inversión en gasto militar estaría en torno al 2% de su PIB. Es el segundo país que más porcentaje de su PIB destina a I+D militar, superado únicamente por los EEUU, mientras que estamos a la cola de países europeos en la inversión de educación, salud, cooperación al desarrollo (estrechamente relacionado con la inmigración), entre otros.
El gasto que se dedica a la investigación armamentista en los Presupuestos generales del Estado, I+D, asciende al menos a 1683,89 millones de euros, entre el 26 y el 30% del total del fondo para I+D presupuestado para este año, mientras que para grupos de investigación de las Universidades y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas dedica sólo el 9’2%. Parte de este dinero va directamente al Ministerio de Defensa, y parte al programa de ‘Investigación y desarrollo tecnológico-industrial’ del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, más en concreto al subprograma
La práctica totalidad se destina al diseño, construcción y modernización de 9 tipos distintos de armamentos de carácter claramente ofensivo, lo que se aviene mal con la declarada vocación humanitaria del ejército español, y van a parar a compañías especializadas en la fabricación de armamento. Sólo una de ellas, General Dinamics, recibirá del Estado español unos fondos para I+D militar superiores a los que se dedican a investigación Sanitaria. Todo esto con nuestros impuestos.
Para hacerse una idea de la cantidad de dinero que mueve esta fructífera industria, basta tener en cuenta que el gasto militar sólo en España en el 2006 supera los 58 millones de euros diarios.
Como en el caso de EEUU, va destinado principalmente al desarrollo de armas de naturaleza ofensiva, contrariamente a la imagen ‘humanitaria’ que se nos quiere vender de nuestro ejército. Con este dinero, sería posible:
- Aumentar las partidas actuales de I+D civil en un 75%.
- Crear nuevos programas de I+D para
- Poner en marcha una auténtica carrera investigadora en nuestro país, con la conversión de todas las becas en contratos y la creación de 4.000 plazas de investigadores en centros públicos.
Otra partida que merece nuestra crítica es la destinada al aumento de los salarios de los profesionales de las fuerzas armadas. En este apartado el gobierno ha aprobado un incremento del 25% de los salarios por el periodo 2006-2008. Así para el ejercicio del 2006, el capítulo de los salarios de personal se aumentará en un 9%. Con este incremento, se pretende poner remedio al rechazo de los jóvenes a alistarse al ejército profesional, ofreciendo salarios más altos. Las aspiraciones del gobierno, al margen de los 49.000 mandos existentes, era conseguir 100.000 soldados profesionales, y sólo hemos llegado a la cifra de 70.600. Un aumento que representa un agravio para el resto de trabajadores, que verán incrementados sus salarios entre un 2% y un 3% dependiendo del IPC.
Merece también atención la partida que soporta los gastos de la participación de fuerzas militares en el exterior, incluida en el Ministerio de Exteriores con un importe de 42,17 millones de euros. Consignación que, como otros años tendrá que ser ampliada, pues el 2003 fueron 416,04 millones y el 2004 de 380,62 millones de euros el gasto liquidado, visto que en la actualidad las misiones del ejército español están presentes en cinco países, Kosovo, Afganistán, Líbano, Bosnia y Haití.
Sirvan de ejemplo los gastos de la invasión de Irak.
El Gobierno presidido por José María Aznar se sumó a la operación militar que lleva a cabo Estados Unidos en Irak en agosto de 2003, tres meses después de que Washington diera por terminados los combates a gran escala que llevaron al derrocamiento del régimen de Sadam Husein. La llegada al poder de José Luís Rodríguez Zapatero en abril de 2004 supuso el regreso inmediato de las tropas desplegadas en Irak. El 21 de mayo de 2004 cruzaba la frontera de Kuwait el último soldado español. En esos diez meses, el despliegue militar español costó al erario público 260 millones de euros. Los soldados españoles sufrieron 90 ataques “reseñables”. Murieron nueve militares y 18 resultaron heridos, y, a manos de las tropas españolas, perdieron la vida 10 iraquíes y cayeron heridos 21.
Empresas vinculadas a la industria armamentista en España:
ALCATEL; AMPER; BBVA; BANCO ZARAGOZANO; CAJA DE AHORROS PROVINCIAL SAN FERNANDO DE SEVILLA Y JEREZ; CAJA MADRID; CONSTRUCCIONES Y AUXILIAR DE FERROCARRILES; DAIMLER-CHRYSLER; EL CORTE INGLÉS; EL MONTE; ERICSSON; IBERIA; IBM; NISSAN MOTOR IBÉRICA; ROLLS ROYCE; S.A. ESPAÑOLA DE DINAMITA Y PRODUCTOS QUÍMICOS (PRIVILEGIOS A. NOBEL); SAINCO; SANTANA MOTOR; SIEMENS; TUDOR; TELEFÓNICA; ZODIAC ESPAÑOLA, SAAB.
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