miércoles, 18 de noviembre de 2009

El PP es un partido enemigo

Un buen amigo que sabe de esto de titular noticias y del sentir de los lectores de izquierda, me pidió hace unos días que cambiara el título de este artículo. En un principio se iba a llamar “El PSOE es un partido enemigo” pero, tras leerlo, me disuadió que le cambiara las siglas, para dejarlo tal y como aparece ahora: “El PP es un partido enemigo”, porque así iban a acceder –me dijo- mucha más gente a leerlo. Incluso me puso algunos ejemplos de medios alternativos donde hay más lectores para noticias donde la corrupción es del PP y se ilustra con la cara de Aznar, que cuando es la del PSOE con el retrato de Zapatero.


Y me lo dijo desde el convencimiento que a las personas de izquierda, aquellas que de verdad aborrecen el capitalismo y cada una de sus miserias, les duele reconocer que el PSOE es su enemigo. Intentan desesperadamente ver diferencias que justifiquen que, al fin y al cabo, no es lo mismo, que hay matices, alguna que otra ley por aquí, algún derecho por allá, y que el PP sí que es aborrecible sin más. De otra forma, sería como pensar que somos tan pero tan pocos, que se asustarían.


El análisis debería abordarse desde una perspectiva de clase, y decir que el PP es el partido de la burguesía clásica, con apego al nacional-catolicisimo y a los valores más retrógrados, con votantes nostálgicos del franquismo; y que el PSOE es un partido de las clases medias urbanas, de funcionarios, de sectores subvencionados para que no hagan barullo, que es votado por trabajadores con un profundo desclasamiento, y por la nueva burguesía surgida al albur del acomodo de España en el imperio de la Unión Europea, eso sí, barnizado con modernidad y diseño, para que sea más digerible.


Una conocida afiliada del PSOE me decía hace unos días, al comentarle que era muy sintomático que la principal plaza de la ciudad la ocupase una estatua ecuestre de Primo de Rivera, que con el PP sería peor porque habría una de Franco y otra de Mussolini. Con esa idea de que el PP siempre lo hará peor, vive el voto de millones de personas (para mayor gloria de gentes con hermoso patrimonio, que se ríen de la crisis, como esta afiliada a le que a estas altura le da igual Primo de Rivera que su hermana). El análisis de las políticas económicas coincidentes en PP y PSOE, es tapado por las bodas gays, y el apoyo de ambos a la OTAN, los borbones y la gran banca, es algo que hay que olvidar para hablar de Iraq y Aznar. Si el PP privatiza es porque son neoliberales, pero si lo hace el PSOE es para dinamizar la economía. Si el PP firma acuerdos con la cúpula fascistoide de la iglesia católica es que forman parte del mismo entente, pero si lo hace el PSOE es para que no haya descontento. ¿Cuántas veces hemos oído esto?


Con respecto a los medios de desinformación masiva pasa lo propio, si la información es de El País, la SER o Público, parece que tiene más legitimidad que si se hace desde El Mundo, la COPE o Libertadigital. Es como si el primer bloque fuese más cercano a nosotros, ¿verdad? como si por su sangre pro-sistema corriese aún algo de color rojo. Una falacia.

La misma persona que me dijo lo del título, comentó que para él, en este momento, el llamado mundo progre (con el PSOE y sus medios) es mucho más peligroso que el de la derecha, porque utiliza una supuesta cercanía para apuñalarte, porque siempre está disfrazado, los otros, en cambio, están en la otra trinchera tal cual son; los progres conocen nuestras virtudes y miserias (muchos de sus ejecutores son gente de izquierda arrepentida, renegada y, finalmente, abducida por el sistema) y nos machacan, con talante y sonriendo, con el voto útil y el apoyo crítico, pero nos machacan; los otros son los enemigos de siempre, no hay duda, se reconocen con facilidad y sino, nos lo recuerda El País del domingo. Y me invitaba a pensar en las movilizaciones que habría en este país con un 19% de parados si gobernase el PP.


Hasta que la izquierda no supere esta etapa de dependencia con “el hermano mayor a veces un poco descarriado”, no podrá desarrollar un proyecto autónomo. Un proyecto que ubique a ambos, PP y PSOE, en la trinchera enemiga, sin perderse en buscar matices que en el fondo son señuelos para que nos dividamos. Por eso, el papel de algunas organizaciones políticas y sindicales como meros bastones del PSOE, resulta abominable. Se convierten, muy a pesar de miles de militantes honrados, en meros mamporreros para que sus dirigentes y las propias organizaciones puedan seguir sobreviviendo (económicamente). Pactar con alguno de esos dos partidos es mancharse pero, sobre todo, retrasar el resurgimiento de una izquierda de clase y combativa, tan necesaria en este momento de crisis del sistema capitalista.

Fuente :
Jorge López Ave / insurgente.org

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